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Updated: December 4, 2020
Tokio puede ser tanto súper excitante como alucinantemente desconcertante. Si viajas con la familia, es importante planearlo todo de antemano. En tanto que Tokio puede ser abrumador, no olvides poner todo el énfasis en la diversión. La ciudad es segura, la señalización multilingüe va aumentando mucho y el transporte es famoso por su eficiencia.
Visita Japón y te encontrarás con un sinfín de mascotas y personajes que gustan a los niños. Algunos son nativos, como Hello Kitty o Totoro (del Estudio Ghibli en el Museo Ghibli en Mitaka), y otros, como Snoopy, vienen de más lejos. Desde pequeños comercios a cafés, y desde museos a parques temáticos, tú eliges cómo quieres tratar con ellos.
Los parques y espacios al aire libre de Tokio proporcionan un agradable respiro del paisaje urbano y del ajetreo incesante de la ciudad. Podrás pasar fácilmente un día en lugares como el Parque Ueno en el este de Tokio, con parques infantiles, santuarios, un lago y el Zoo de Ueno. Jardines tradicionales y elegantes como los Jardines Hama-rikyu y el Parque Arisugawa tienen amplios espacios para que los niños exploren y se paseen, en tanto que Futakotamagawa a orillas del río, a solo 15 minutos en tren desde Shibuya, combina zonas verdes, restaurantes adecuados para familias, y canales.
Para una experiencia única en la vida y que solo es posible en Tokio, planea una visita a la Ninja Trick House en Shinjuku para tener la intimista oportunidad de aprender sobre estos maestros del secretismo y el espionaje. Interactivo, aunque un poco menos japonés, es KidZania Tokyo, un parque temático de interior donde los niños entre 3-15 años pueden jugar a trabajar como adultos. Planea tu visita para un miércoles, el día que el inglés es prácticamente la lengua franca.
El inmenso tamaño y la densidad de Tokio pueden ser abrumadores. Sube hacia arriba para ganar perspectiva y llegar a “la cima del mundo”. Visita la altísima Tokyo Skytree para gozar de unas vistas insuperables de Tokio y alrededores, los miradores gratuitos en el edificio del Gobierno Metropolitano de Tokio en Shinjuku para entrever el monte Fuji y, para una experiencia completamente diferente, la azotea del Acuario Sunshine en Ikebukuro, para ver animales marinos retozando en el cielo.